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El niñ@ de 1 a 2 años

Área motórica

  • El niños comienza a caminar. Otros caminan ya.
  • En lo referente a la prensión, el niño utiliza la pinza digital
  • Continua exploración
  • Avanza en el control del movimiento
  • En  cuanto el equilibrio, el niño rodea y no gira sobre sí mismo para dar la vuelta
  • Organiza su cuerpo en la tres dimensiones



Área emocional

  • Llora, rie, grita y señala lo que le pasa
  • Imita todo lo que ve, utiliza la mímica
  • Muestra ansiedad ante la separación y las normas
  • Se refleja en él inseguridad y miedos


Área social

  • Es egocentrista
  • Hace demandas imediatas
  • Interacciones puntuales con sus iguales ( otros niños)
  • Relación con los adultos
  • Se frustra por no poder expresarse bien


Área cognitiva

  • Comienza a apilar torres
  • Aparece el lenguaje como elemento de comunicación...
  • Con ello, la representación mental
  • Imitación 






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La imagen corporal en los niños

Todo ser humano tiene una imagen de sí mismo, de su cuerpo, de su cuerpo en movimiento. La imagen corporal es la manera como se ve y se imagina a sí mismo una persona. Tener una imagen corporal positiva hace que uno se sienta cómodo en su cuerpo, que se sienta bien con su apariencia, y ,y que sea consciente de las propias posibilidades.

Este aprendizaje se inicia desde la infancia, en el momento en que los pequeños advierten las capacidades para el movimiento en su cuerpo y las interacciones de éste con el ambiente. 

Este conocimiento previo, hará posible la posterior interiorización para facilitar la mejora de la funcionalidad y , por tanto, lograr una óptima eficacia motriz, desarrollando todas las capacidades básicas de movimiento.


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Los tipos de vínculo afectivo

La doctora Ainsworth, colaboradora de Bowlby, desarolló un proceso llamado procedimiento de la Situación-Extraña, para examinar la naturaleza del apego en niños. Mediante este experimento la madre y el niño son observados en una secuencia de situaciones que alejaban a la madre y se acercaba una persona extraña.

Las conductas del niño en cada una de estas situaciones era observada y evaluada, y según sus reacciones se puede hablar de varios tipos de vínculo:

  • El vínculo seguro: Los cuidadores son la base de seguridad cuando están angustiados. Tienen cuidadores sensibles a sus necesidades, y por eso tienen confianza en que sus figuras de apego estarán disponibles y responderán y les ayudarán en la adversidad. Predomina la confianza, a pesar de las dudas y el malestar. Los bebés que muestran un vínculo seguro al año de edad son, en etapas posteriores, más cooperadores y expresan afectos más positivos y comportamientos menos agresivos y de evitación hacia la madre y otros adultos menos conocidos, que los bebés que muestran vínculos inseguros.

  • El vínculo inseguro, que puede ser evasivo o resistente. Aparente desinterés y desapego a la presencia de cuidadores durante los periodos de angustia, que son pocos: el niño muestra poca angustia por la separación. Tiene poca confianza en que serán ayudados, inseguridad hacia los demás, miedo a la intimidad. Prefieren mantenerse distanciados de los otros, y no se acercan a la madre. La confianza en el vínculo se ha perdido o no se ha podido restablecer de forma optima. El niñ@ ignora a la madre o figura cuidadora principal cuando esta presente

  • El vínculo ansioso-ambivalente (desorientado), que también entraría en la inseguridad. Responde a la separación con angustia intensa y mezcla comportamientos de apego con expresiones de protesta, enojo y resistencia. Debido a la inconsistencia en las habilidades emocionales de sus cuidadores, estos niñ@s no tienen expectativas de confianza respecto al acceso y respuesta de sus cuidadores. Cuando la madre regresa no se acerca a ella y se muestra confuso y desorientado

De los padres depende el tipo de vínculo que se desarrollen con sus hijos, y desde el momento en que nacen pueden aproximarse a ellos, conociéndolos, descubriéndolos, atendiéndolos y entendiéndolos cada vez más.





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El vínculo de apego

Bowlby señala que desde el nacimiento, el bebé presenta dos tipos de programas genéticos tónico motores contradictorios y complementarios entre sí, un conjunto de conductas tónico-posturales que le acercan al adulto y él lo denomina: apego

El niño posee capacidades muy tempranas para establecer su vínculo de apego ya que el reconocimiento del olor maternal, por ejemplo, desencadena reacciones de bienestar susceptible de provocar a su vez actitudes afectuosas de la madre.

El vínculo de apego se puede definir a partir de:

  • Amor,
  • Seguridad,
  • Necesidad de contacto madre-hijo,
  • Confianza,
  • Unión, y... 
  • Dependencia, entendida como la necesidad de que haya alguien a tu lado para descubrir el exterior. Si  hay dependencia no se puede explorar, el niño siempre se quedaría al lado de la figura de apego. Hay que generar independencia. Así, el papel de la figura de apego es muy importante, es mediadora.

El objeto transicional ( munecos, mantas, chupetes, etc.) es de alguna manera el que reemplaza primero a la figura primaria de apego.

Donde no hay alternativa entre presencia y ausencia, de la figura de apego, es la llamada sobre-protección. Anula la exploración y la capacidad de conquista de la autonomía. 

En la constitución del vínculo de apego, el tacto, el contacto suave, el olor de la piel, el calor, el movimiento rítmico del cuerpo, la mirada, la sonrisa y la voz son primordiales.

Las maneras de sostener el cuerpo del bebé y manipularlo son captadas por el niño por receptores cutáneos y propioceptivos, provocándole seguridad y confianza.